miércoles, 13 de agosto de 2008

LA MEDICINA Y LA MUERTE

LA MEDICINA Y LA MUERTE
Doctor Armando Arciniegas. Grupo de Biotanatología.


En las culturas arcaicas la muerte era considerada un mal ocasionado por los hechizos de los enemigos, los espíritus de los muertos y los demonios de la noche.
Los brujos y los chamanes debían identificar de dónde provenía la intención de matar.

La confrontación se daba entre chamanes o brujos que luchaban entre sí. Existen testimonios de trajes rituales y máscaras, bastones de mando bebidas y pócimas relacionadas con el ejercicio chamànico en múltiples culturas antiguas.

La muerte fue entendida por la medicina Griega como un hecho natural, por lo tanto la medicina no debía luchar contra ella porque tomaba parte del ciclo biológico.

Para los médicos romanos, la muerte no sólo era un hecho natural que la medicina no tenía que combatir, sino incluso un estado deseable y mucho más atractivo que la propia vida. Para la medicina Romana la muerte era una amiga.

En la medicina medieval la muerte se consideró como un castigo divino, los médicos no tenían nada que decir o hacer ante los designios divinos.
Si la vida era sagrada, por ser regalo divino ante los ojos de Dios, la muerte era justa por el pecado original.

La agonía y la muerte eran asuntos de los sacerdotes, los médicos no tenían nada que hacer ante el final de la vida. En la medicina medieval, la muerte es un castigo divino, ineludible y justo.

En el siglo XV vuelve a tener su carácter natural, se torna autónoma en relación con Dios y con el Demonio.
En la época de las pestes aparece el médico en los territorios de la muerte, tratando de ayudar y participaba en la Danza Macabra de los cementerios. Había dos territorios definidos: el del sacerdote que se encargaba de dar la extremaunción y ayuda al tránsito espiritual y el médico que actuaba sobre el cuerpo, calmando el dolor, bajando la fiebre y el sufrimiento con el landano.

En los siglos XVII y XVIII la muerte se aleja casi por completo del ámbito religioso, queda la agonía a cargo del médico. Bacon, decía que el médico debía prolongar la vida del enfermo.

Con los descubrimientos científicos, la desaparición de la peste, el descubrimiento de la vacuna, la cirugía, nace en el ámbito médico el deseo de luchar contra la muerte y prolongar la vida de los hombres.
Los médicos consideran la muerte como enemiga y comienzan a luchar contra ella.
En el siglo XVIII la muerte comienza a ser medicalizada. Francisco Xave... Bideat, en sus reflexiones sobre la vida y la muerte, escribe: “ La vida es el conjunto de funciones que resisten a la muerte”. Hay una lucha abierta de la ciencia contra las fuerzas de la muerte.
Las fuerzas de la vida se ofrecen a través del médico contra las fuerzas de la muerte.



En el siglo XIX el modelo social de la muerte, es la muerte Burguesa, la muerte natural, la que ocurre en la vejez extrema no ocasionada por enfermedades accidentales. El dinero compra tiempo de vida. Aunque se reconoce que la muerte es un hecho inevitable, se mantiene la esperanza de prolongar la vida mediante los adelantos médicos.

En el siglo XX se piensa que la medicina puede vencer el poder de la muerte. Con la unidad de cuidado intensivo, se vence la muerte natural prolongando la vida de la manera caprichosa y prolongada casi indefinida, borrando a veces los límites entre la vida y la muerte.
Lo contrario de la vida es la “NO vida”, se vence la muerte natural pero a veces se pierden los signos de la vida. Aparece el problema del diagnóstico científico de la muerte, no sabemos si dejó de existir o continua vivo.
Surgen los protocolos de las unidades de cuidado intensivo: I II III IV.

Con la aparición de las máquinas y el computador ya no existe la muerte natural y se considera que la muerte ocurre por error. Nace el sentimiento de culpa de los médicos, porque al negarse la posibilidad de muerte natural, aparece la falla debido al profesional, al procedimiento, la oportunidad, la selección de los medicamentos. Se pone a prueba la ciencia médica, fallan los médicos pero no la medicina que es infalible. La muerte es considerada como una variedad de enfermedad que algún día será curada.
La muerte no se considera como un hecho natural sino como un accidente de la vida. Las máquinas se apropian de la posibilidad de la inmortalidad de la vida humana. En Estados Unidos se ha formado una comisión para la abolición de la muerte. En Francia funciona desde 1976 una sociedad inmortalista: transplantes, criogénesis, terapia génica, se ........ para exportar la muerte natural.
Quedaría como causa de la muerte los accidentes “ la muerte es una imposición a la especie humana que no se resulta ya inaceptable.
Hay que expulsar la muerte como un malhechor (Alan Harrington, la inmortalidad).

La muerte es vista como un....... de la vida. En la criogenización el dinero puede vencer la muerte.


Curva de la Aflicción en las Costumbres de duelo:

En el siglo XVIII se considera como una respuesta emocional espontánea y fuerte, triste tanto en hombres como en mujeres.
Llanto abundante frente al muerto.
Presencia de ataques histeriformes.
Desmayos en cadena
Arañazos autoinflingidos por los dolientes.
Amenaza de suicidios.
Gritos desenfrenados en forma episódica.
Estrechos abrazos entre familiares y relacionados.
Todos vestidos de negro alrededor del féretro par el retrato.
Aullidos ininteligibles cuando llegaba alguien del lugar de velación.

Durante el siglo XIV – XVIII:

Frente al muerto aparecen las plañideras profesionales pagadas, contratadas para llorar en los entierros.
Vestir niños y mendigos como acompañantes
Llevar retardados mentales con prendas de color negro.
Se proporcionaba comida y dinero.

En el siglo XIX se recupera la espontaneidad del duelo y se acentúan las expresiones de aflicción por parte de los deudos. Era bien visto que la viuda y los hijos se desmayaran, tuvieran ataques convulsivos bien impresionantes y gritaran durante horas o días enteros en actitud plañidera y con impresiones a la divinidad… “Por qué te lo llevaste” “hubiera preferido que fuera yo la muerta”.
Era mandatorio vestirse de negro hasta el sombrero y cubrirse con velo en la cara que iría descubriendo se poco a poco inclusive durante años.

Algunos deudos muy impactados se retiraban a conventos de orden monástica o a vivir en completa soledad.

En el siglo XX se intenta anestesiar las expresiones intensas que producen la muerte de un ser amado. Se trata de alejar a la gente de la realidad de la muerte.

El duelo es rechazado por la sociedad tecnológica. Se exige que los deudos rechacen la aflicción. Es mal visto el llanto y los alaridos de otras épocas. El luto tiende a desaparecer.
La vida debe continuar como si no hubiera pasado nada. Todavía se ven estas manifestaciones entre campesinos, gente desplazada o desprotegidos de la fortuna.
Se suministran pastas para evitar el llanto y las expresiones de aflicción entre los parientes más cercanos.

Se cambian los temas de conversación eliminando los relacionados con el muerto.
La gente muere en el hospital o en los gerontocomios e inmediatamente se lleva al crematorio para desaparecer el cadáver que de inmediato sale de la circulación. Si hubiere velación, se hace fuera de casa, en lugares apropiados con numerosas salas de velación simultánea y numeradas para orientar a los deudos y evitar lamentables confusiones que podrían conducir a llorar equivocadamente otro cadáver.

La simultaneidad de varios muertos da la sensación de un ambiente neutral e irreal tranquilizante poco propicio para l aplicación primitiva.
La conversación en los velorios se orienta a los temas sexuales, políticos o familiares con escasa referencia al muerto. Se ha reducido apreciablemente el tiempo de los rituales y se privilegia la hora del mediodía para no faltar a al oficina a sus actividades habituales.

Dentro de la mecanización de la muerte se venden féretros de apertura automática desde adentro, equipo de sonido incorporado, televisor portátil, teléfono inalámbrico, tapizado y acolchonado a gusto del propietario yaciente, con las comodidades suficientes en caso de entierros prematuros de tan frecuente ocurrencia en otros tiempos.

Los cementerios tradicionales llenos de lápidas, de cruces y de viudas llorosas con olor a agapantos y gladiolos, han sido cambiados por parques cementerios a las afueras de la ciudad, donde se respira una tranquilidad con visos de lo eterno, en donde en fechas especiales serán poblados de mariachis interpretando las canciones que más le llegaban al corazón del muerto.

Con el ánimo de desconocer la muerte, se esconden los moribundos en los hospitales, se maquillan los muertos y se queman precipitadamente los despojos.

Los disfraces funerarios:

Del muerto.
De los deudos.
De los acompañantes.

Algunos consideran que el evento mortuorio es la oportunidad de vestir al muerto con sus mejores galas. Se trata entonces de un lucimiento general del muerto. Vestido negro apropiado para la ocasión, de manera como Everfit o Hernando de color serio, camisa de cuello duro, con mancornas, corbata apropiada, zapatos nuevos o de poco uso. En otros casos se usan los sudarios de tipo moncal, de diversos colores y generalmente de hábito talar usados por Franciscanos o Dominicos, Carmelitanos, según la orden de mayor aprecio entre familiares y allegados.

También puede utilizarse sábanas que cubren todo el cuerpo y dejan ver la cara del muerto tan importante para la identificación del muerto entre amigos y relacionados. Se puede complementar el hábito con reliquias, amuletos y monedas tan necesarios para el viaje al más allá.

La cara puede ir maquillada por expertos que logran darle una apariencia al rostro. Para aparecer como si estuviera vivo. Con una cierta enigmática sonrisa, labios vaselinizados que muestran una naturalidad y frescura como si estuviera arreglado para una fiesta de gala. El rubor de las mejillas hace desaparecer la lividez cadavérica. Las cejas debidamente arregladas dando la sensación de preocupación o lejanía. Las pestañas largas o encrespadas con los ojos cerrados aparentando un sueño profundo y tranquilo.

Entre familiares y amigos se impone el toque de la moda vigente, vestidos de diferentes gamas de colores a partir del negro, con los cortes más recientes de la última pasarela de Arman o Versace.

Los maquillajes van de los más discretos dando un tono natural a las extravagantes sombras negras, moradas o cafés que pareciera que se alistan para una fiesta de disfraces. Igual suerte corren labios, cejas y pestañas


Siglo XX

Se intenta anestesiar las expresiones intensas que produce la muerte de un ser amado. Se trata de alejar a la gente de la realidad de la muerte.
El duelo es rechazado por la sociedad tecnológica.
Se exige que los deudos rechacen la aflicción.
Es mal visto el llanto y los alaridos de otras épocas.
El luto tiende a desaparecer.
La vida continua como si no hubiera pasado nada. Todavía se ven estas manifestaciones entre campesinos, gente desplazada o desprotegidos de la fortuna.
Se suministran pastas o medicamentos para evitar el llanto y las expresiones de aflicción entre los parientes más cercanos.
Se cambian los temas de la conversación eliminando los relacionados con el muerto.
La gente muere en el hospital o en los gerontocomios e inmediatamente se lleva al crematorio para desaparecer el cadáver que de inmediato sale de la circulación.
Si hubiera velación, se hace fuera de casa, en lugares apropiados con numerosas salas de velación, simultáneamente y numeradas para orientara a los deudos y evitar lamentables confusiones que podrían conducir a llorar equivocadamente otro cadáver.
La simultaneidad de varios muertos, da la sensación de un ambiente neutral e irreal, tranquilizante poco propicio para la aflicción primitiva.
La conversación en los velorios se orienta a los temas sexuales, políticos o familiares, con escasa referencia al muerto. Se ha reducido apreciablemente el tiempo de los rituales y se privilegia la hora del mediodía para no faltar a la oficina a las actividades habituales.


5 comentarios:

maricela dijo...

MARICELA TUSARMA
LA VEJEZ
la aceptación de la vejez hace parte de un proceso el cual no traemos con nuestro aprendizaje o creencias desde nuestros hogares pero hace parte de nuestra evolución, lo mas importante es comprenderlo y vivirlo con la suficiente tranquilidad y trasmitiendo un ambiente sano y agradable para los que nos rodean aunque para esto fue necesario vivir una juventud y una adultez temprana buena dentro de ambiente adecuado en todos los sentidos, con el paso de los años y los cambios en nuestro cuerpo, mente y espíritu nos damos cuenta que así tengamos un rechazo por esta; algún día la tendremos que recibir y desearía que fuera en las mejores circunstancias.

catalina gaviria melo dijo...

casi todas las personas de esta generacion le temen a la muerte pero es por las creencias que se tienen sobre ella, relacionan mucho la vejes con la muerte. depronto este miedo que se siente es por no saber a donde se va cuando se fallece o que sera de el cuerpo fisico las preguntas mas frecuentes son : "que se siente, a donde se va, que sera de mi familia". esta es una realidad que muy pocas personas aceptan porque lo relacionan con algo muy malo. esto llegara algun dia para todos y se tendra que aceptar. JOSE ANTONIO RAMOS MOLINA ENFERMERIA B1 III SEMESTRE.

Socios Fundadores dijo...

Sin duda, la vejez es la etapa indicada para efectuar la última evaluación sobre nuestras vidas, para valorar los resultados obtenidos por todo lo realizado durante nuestra existencia......Es la parte final del camino en la que se trae a la memoria todo el trayecto que se ha recorrido y todo lo que se ha hecho…..ya no serán los demás los jueces de nuestras vidas sino nosotros mismos los críticos y quienes consideraremos nuestros errores y aquí es cuando viene la melancolía y el remordimiento por las cosas que no se hicieron bien en el momento en que se debió haber hecho y que tal vez ya es demasiado tarde para tratar de realizarlas.
La etapa de la vejez es de reflexión, de paz y tranquilidad por la satisfacción de haber hecho siempre lo mejor y lo adecuado o de desesperación y amargura si no se vivió la vida de la mejor manera y si quedan cuentas pendientes……………………..
FUAA. Enfermería III A-1
Luz Adriana Ocampo Ramírez

Socios Fundadores dijo...

Aunque no queremos llegar a ser viejos, es una etapa por la que tenemos que pasar todos, al final siempre terminamos aceptándolo con melancolía, pero tambien con mucha satisfacción de haber dejado huellas en nuestro camino, recapacitamos y nos arrepentimos de nuestros malos actos y tratamos de remediarlos, es una encuentro de sentimientos donde llega la soledad, los recuerdos, la melancolía por haber hecho o dejado de hacer algo en nuestra vida, por haber dejado ir tal vez nuestra felicidad por orgullo o temor, es allí donde entendemos tantas cosas que perdimos o disfrutamos.
Dependiendo de cómo haya sido nuestra vida es que sobre llevamos la vejez, porque lastimosamente a veces es muy tarde para el arrepentimiento, pensamos que la vejez no llegara tan pronto y es por eso que nunca nos sentamos analizar nuestros actos, el egoísmo hace que pensemos que lo que hacemos esta bien o que nunca perderemos algún ser querido y quedaremos solos, anhelando el tiempo pasado, es difícil aceptar la vejez en todos lo sentidos, tanto físicamente como moralmente se presenta mal genio o demasiada tristeza de saber que ya se acaba la independencia y dependemos totalmente de terceros, al final se acepta la muerte y se espera con tranquilidad hasta en algunos casos con ansias, pues se toma como un gran descanso.

diana licet castañeda
FUAA ENFERMERIA 3 A1

GREGORIO dijo...

LA VEJEZ ES LA ETAPA MÁS BELLA DE LA VIDA EN DONDE ENCUENTRAS PERSONAS MADURAS DE PENSAMIENTO Y CARACTER FORTALECIENDONOS A NOSOTROS CON SUS EXPERIENCIAS VIVIDAS, EL ADULTO MAYOR EN RELACIÓN A LA MUERTE LO ASIMILIAN CON MADUREZ Y SESATEZ, SIN TEMORES NI MIEDOS, ES UNPASO PARA ELLOS TRANCENDENTAL EN DONDE EXPERIMENTARÁN COSAS BELLAS Y LO FUNDAMENTAL DE TODO LA COMUNICACIÓN CON DIOS.